martes, 14 de agosto de 2012

Sólo una suposición





 Supongamos que un influyente diario publica un título falso instalando una valoración negativa sobre un acto de gobierno, una ley, una medida, un rumor o alguna cuestión que perjudica particularmente a sus intereses corporativos, los canales de noticias del mismo grupo económico lo reproducen textualmente y cada 15 minutos, junto a la cadena de radios del grupo y sus socios lo hacen noticia de los informativos, los opinadores a sueldo se ésos mismos medios comienzan la construcción de opinión por sobre dicha falsedad, respetando "la línea editorial" y tomando la especie transformada en noticia como tema del día en toda la programación, hacen consultas por teléfono con varios actores -referentes de la opinión pública afines al medio y al grupo- que al aire y en vivo sumarán su indignación, casi al instante, las redes sociales toman la especie ya como noticia y la viralizan con sus propios lenguajes, ansiosos internautas ya opinan de ello en los foros, lo debaten incluyéndolo de inmediato a su agenda, los taxistas, los ferreteros y demás divulgadores barriales ya te lo aseguran añadiéndole la "comprobación" con algún caso de conocimiento personal, aportado por algún cliente o por algún conocido de un cliente, el ciudadano común finalmente recibe la falsa noticia como un hecho consumado y aunque pueda quizás tener sus dudas probablemente lo comente con alguien en su trabajo y propague así la indignación a través del boca a boca. Por la noche, al llegar a su casa, se encontrará con los títulos del noticiero de los mismos del diario de la mañana que de manera estridente reforzarán la especie para que no le quede ninguna duda de que es una verdadera noticia, los famosos columnistas del mismo grupo en un segmento del noticiero así lo afirmarán. Por si quedara algo por reflexionar sobre la construcción de la especie, ahí entran los programas especializados de la noche del mismo grupo económico, en todos sus canales de cable, donde sus fieles analistas a sueldo y frustrados escritores de novelas le pondrán nuevas y reflexivas palabras a la mentira ya legitimada, como invitados llevarán a economistas que también le venden sus news letters al grupo y que allí se promocionan frente a empresarios ofreciendo sus servicios de consultoría, también acudirán políticos opositores a la cita televisiva, pero sólo aquellos que se muestren permeables a agregarle un peso político a la especie instalada, transformándola en denuncia, a cambio de la pertinente exposición pública y mediática. El hecho ya está totalmente consumado, la mentira se transformó en indignación en gran parte de la sociedad y será clave en el humor de toda la población en los próximos días y quizás semanas, la exclamación más escuchada probablemente será "son todos chorros". Por supuesto que después de toda ésta movida, los negocios corporativos que al principio podrían estar en juego, estarán ahora mucho mejor resguardados y quienes osaron ponerlos en duda habrán recibido la merecida advertencia.

Pero bueno, igual yo me quedo tranquilo, porque aún si mi suposición fuera posible, real, ninguno de ustedes caerían en tal burda y lineal manipulación, porque como siempre me dicen, ante todo, ustedes tienen opinión propia sobre los temas de los que opinan, porque ya sé, ya me lo dijeron, no compran ni clarín ni la nación, ni le créen a ninguno de ellos.

Ah, me olvidaba de recordarles, yo tampoco soy kernerista, ni peronista, ni me interesa en lo más mínimo la política, ni nada, porque son todos chorros. Nocierto? Te mando un abrazo.


RG,
08/2012