No estoy de acuerdo con el cada vez más expandido estereotipo del "trosko", lo leo como una burda simplificación que en verdad esconde una gran incapacidad para acordar políticas nacionales con quienes debaten ideas con argumentaciones que contienen diferentes visiones históricas de la realidad; creo además que ésa postura rupturista -de ambas partes- divide inútilmente, e impide engrandecer el espacio común, sumando actores valiosos al proyecto nacional y popular que decimos entre todos querer construir.
RG 2/11
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