Supongamos que un influyente diario publica un
título falso instalando una valoración negativa sobre un acto de gobierno, una ley, una medida, un rumor o alguna cuestión
que perjudica particularmente a sus intereses corporativos, los canales de
noticias del mismo grupo económico lo reproducen textualmente y cada 15
minutos, junto a la cadena de radios del grupo y sus socios lo hacen
noticia de los informativos, los opinadores a sueldo se ésos mismos medios
comienzan la construcción de opinión por sobre dicha falsedad,
respetando "la línea editorial" y tomando la especie transformada en
noticia como tema del día en toda la programación, hacen consultas por
teléfono con varios actores -referentes de la opinión pública afines al medio y al grupo- que al aire y en vivo
sumarán su indignación, casi al instante, las redes sociales toman la especie ya como
noticia y la viralizan con sus propios lenguajes, ansiosos internautas ya opinan de ello en los foros, lo debaten incluyéndolo de inmediato a su agenda, los taxistas, los ferreteros y demás
divulgadores barriales ya te lo aseguran añadiéndole la "comprobación"
con algún caso de conocimiento personal, aportado por algún cliente o
por algún conocido de un cliente, el ciudadano común finalmente recibe
la falsa noticia como un hecho consumado y aunque pueda quizás tener sus
dudas probablemente lo comente con alguien en su trabajo y propague así la indignación a través del boca a boca. Por la noche,
al llegar a su casa, se encontrará con los títulos del noticiero de los
mismos del diario de la mañana que de manera estridente reforzarán la
especie para que no le quede ninguna duda de que es una verdadera
noticia, los famosos columnistas del mismo grupo en un segmento del
noticiero así lo afirmarán. Por si quedara algo por reflexionar sobre la
construcción de la especie, ahí entran los programas especializados de
la noche del mismo grupo económico, en todos sus canales de cable, donde
sus fieles analistas a sueldo y frustrados escritores de novelas le
pondrán nuevas y reflexivas palabras a la mentira ya legitimada, como
invitados llevarán a economistas que también le venden sus news letters
al grupo y que allí se promocionan frente a empresarios ofreciendo sus
servicios de consultoría, también acudirán políticos opositores a la
cita televisiva, pero sólo aquellos que se muestren permeables a
agregarle un peso político a la especie instalada, transformándola en
denuncia, a cambio de la pertinente exposición pública y mediática. El
hecho ya está totalmente consumado, la mentira se transformó en
indignación en gran parte de la sociedad y será clave en el humor de
toda la población en los próximos días y quizás semanas, la exclamación
más escuchada probablemente será "son todos chorros". Por supuesto que
después de toda ésta movida, los negocios corporativos que al principio
podrían estar en juego, estarán ahora mucho mejor resguardados y quienes
osaron ponerlos en duda habrán recibido la merecida advertencia.
Pero bueno, igual yo me quedo tranquilo, porque aún si mi suposición fuera posible, real, ninguno de ustedes caerían en tal burda y lineal manipulación, porque como siempre me dicen, ante todo, ustedes tienen opinión propia sobre los temas de los que opinan, porque ya sé, ya me lo dijeron, no compran ni clarín ni la nación, ni le créen a ninguno de ellos.
Ah, me olvidaba de recordarles, yo tampoco soy kernerista, ni peronista, ni me interesa en lo más mínimo la política, ni nada, porque son todos chorros. Nocierto? Te mando un abrazo.
RG,
08/2012
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