Dos respuestas críticas para mí, a un gran abanico de preguntas que surgen sobre las tensiones políticas y económicas de los últimos meses a éstos días. La primera respuesta es de naturaleza ontológica y casi endémica del peronismo y la segunda, profunadamente superestructural y que ha determinado reiterados ciclos históricos en nuestra economía.
1) Las incertidumbres políticas derivadas de la ya evidente imposibilidad de evolución en los movimientos nacionales y populares latinoamericanos -los populismos buenos, segun ernesto- hacia procesos de continuidad política y democrática con recambio en sus líderes.
Pareciera que los efectos colaterales de la concentración de poder -necesaria para lograr efectivas transformaciones en las estructuras sociales- son nocivos para el natural crecimiento y formación de nuevos líderes que establezcan una cadena de sucesión natural o simplemente de nuevos dirigentes con capacidad de construcción política que permitan que el poder real no se diluya corporativamente para transformarse en un mero poder formal.
Es ahí, efectivamente, donde el peronismo hasta ahora no ha podido superarse a sí mismo. En lugar de ésta natural sucesión que supongo debería originarse en la madurez de los cuadros superiores del movimiento, o surgir al menos teorizada desde la interpelación misma de la intelectualidad referente como un avance en el marco teórico, pero no, ante la falta de respuestas teóricas o empíricas se terminan forzando, quizás desde desde las bases -con o sin demasiada convicción- períodos reeleccionarios indefinidos o hasta propuestas de nepotismos que muy flaco favor le hacen a la causa, más convenientes para un proceso monárquico que para la continuidad democrática de un proceso político nacional y popular como el que muchos de nosotros decimos defender y queremos ver crecer.
Observando otros líderes políticos nacionales y populares en latinoamérica como ser Chávez en Venezuela o Evo Morales en Bolivia no visualizamos un salto hacia la solución de la misma problemática planteada en la continuidad de los procesos de populismos nacionales sin su líder originario. Se me ocurre que ahí está el mayor desafío dentro del peronismo, a mi entender evolucionado en gran medida a través del proceso histórico conducido por el kirchnerismo, pero que aún no ha podido solucionar por sí mismo su problema ontológico.
2) El deterioro real de las variables macroeconómicas -en una lectura de tablero de control neoclásica- es para mí el gran tema que dispara la preocupación de la fauna de consultores y analistas económicos porteños acostumbrados a trabajar sobre en el mismo coto de caza de la UIA, AEA, ABBA, a quienes como inmóviles presas les conocen tan bien los miedos y debilidades que no necesitan esforzar su mirada, cambiar su perspectiva o enriquecer sus análisis para poder atraparlos con su discurso; a la vez son éstos falsos consultores, verdaderos operadores económicos, los encargados de recibir en nuestro país a los agentes financieros del frente externo, los buitres globales, con quienes finalmente se asocian, y a quienes sacan de putas por recoleta y hospedan en selectos hoteles para luego comisionar por sus servicios.
Ellos mismos, con sus dossier de análisis político-económico remitidos periódicamente a sus clientes, son también los encargados de comenzar con la cadena propaladora de las crisis, participando sus geniales y sesgados análisis neoclásicos a todo el establishment, mediante sus cadenas de periodistas especializados y sus líderes de opinion, devenidos en acríticos divulgadores de las malas noticias, capaces de magnificar cualquier especie mediante interpretaciones catastróficas que serán a su vez las primicias de análisis de las nuevas perspectivas económicas difundidas a través de los medios de comunicación cartelizados -que curiosamente dependen de las mismas corporaciones, socios de los buitres externos, en términos accionarios y reales, no retóricos- y que como resultado inmediato generarán una suerte de fiebre en aquellos sectores medios con capacidad de ahorro que por nuestros días se mide en lo que ahora algún cool hunter ha dado en denominar dólar blue o directamente influirán y propiciarán un verdadero stand bye de inversiones en infraestructura de las empresas que participan de la economía real, nacional, e indispensable para satisfacer la demanda de bienes y servicios que el modelo económico requiere, y que por efecto de no poder satisfacer terminarán transfiriendo su tensión a los precios de los bienes y servicios en oferta efectiva.
Ésa tan fogoneada tensión de precios es luego traducida por los mismos medios como inflación, pero no es otra cosa que el resultado esperado y conocido por todos como recalentamiento de la economía o llámese más demanda que oferta de bienes y servicios, y se explica, en gran medida por éste mismo fenómeno autodestructivo que nace en aquel falso análisis y consultoría ortodoxa inicial, que sugiere al empresariado local invertir sólo lo mínimo e indispensable -relojeando los pronósticos pesimistas y descensillando hasta que aclare -para luego tener que terminar respondiendo a las demandas -mucho más cercanas a los pronósticos optimistas- a como dé lugar, vía un alza de precios que la misma demanda les propone, sin dudas, y con resultados de ganancias extraordinarias al final del ejercicio (por qué cambiar, si finalmente termino ganando mucho más de ésta manera, se dirán finalmente ésos mismos empersarios). Ésto mismo observo ha venido sucediendo de manera creciente en los últimos cinco o siete años en nuestro país.
Y digo que en éste segundo punto el problema es claramente superestructural -en términos gramscianos-, porque efectivamente, éste comportamiento autodestructivo descripto más arriba depende de manera directa del sistema de valores y creencias instalado -casi ya como una huella némica- en toda la clase dirigente argentina a través de los think tank ortodoxos nacidos en la posguerra, desarrollados y solventados por fundaciones creadas para tal efecto, -también serviles a la hora de deducir impuestos- dependientes de corporaciones multinacionales atadas al pensamiento neoclásico y fundantes del poder financiero globalizado.
Es así como nuestra clase dirigente en general -los únicos verdaderos actores de nuestra economía real- por propia formación o deformación profesional se encuentra virtualmente imposibilitada de entender en su real magnitud el proceso económico de un país que propone y expone una mayor amplitud en su tablero de control, con índices y variables de suma importancia para una visión de la economía en términos de desarrollo, que mira por respuestas y propuestas hacia la heterodoxia económica y no satisface puntualmente o con exclusividad a los analistas acostumbrados a realizar lecturas a través de binoculares ortodoxos.
Una lectura de éstos mismos indicadores pero a partir del universo más amplio que hoy nos propone la economía heterodoxa en plena renovación, genera otros escenarios posibles y muchas otras variantes de acción más lógicas en términos de desarrollo de los países y sus sociedades, pero lamentablemente son muy pocos los profesionales de la economía, los analistas, los divulgadores y los periodistas especializados que pueden observar éstos fenómenos económicos a través de ésta amplia perspectiva y propiciar de motor de cambio en los decisores y la opinión pública en general.
Es que también esta cuestión de los consultores, analistas y periodistas especializados se ve afectada por una cuestión de mercado, claro, es el mismo mercado el que mejor responde a los intereses de las corporaciones y el que finalmente hará prevalecer sólo aquellas lecturas de la realidad económica que sean más convenientes de forma directa y por ello necesarias para divulgar, tanto que pagarán muy bien por esos servicios de análisis a tales profesionales devenidos en perfectos lobbystas, y no a otros con una vision más amplia de la realidad económica que no necesariamente atiendan sus intereses, serán los primeros entonces también totalmente funcionales a los intereses sectoriales que los alimentan y que muy lejos están de la verdad de la economía, del bien común y de los intereses de desarrollo equitativo que buscan los estados nación.
Porque justamente, intentar una visión más amplia de los escenarios económicos sociales de los países que permita arribar a políticas que beneficien directamente a los estados nación junto a los ciudadanos que los componen no garantizan los mismos resultados de maximización de ganancias e inmediatez de beneficios como los que las corporaciones que operan en ésos mercados a través de las empresas que constituyen su economía real verdaderamente esperan, y eso hace que esa nueva perspectiva -probablemente virtuosa en términos de desarrollo con estabilidad social y mejor distribución del ingreso en ésos países- atente de manera directa contra los intereses de los grupos de poder concentrado del capitalismo financiero global, en definitiva, contra quienes detentan el poder real en nuestro mundo de hoy y que harán lo imposible como para que dicha visión no prospere.
Cómo? En principio, utilizando todo el poder que el pensamiento económico neoclásico y virtualmente hegemónico todavía hoy detenta en el mundo, es un problema de orden fáctico, la economía no es una ciencia exacta sino que opera con y sobre individuos, personas, ciudadanos que tienen comportamientos sociales y dinámicos en función de determinadas circunstancias, éstos comportamientos no son ni robóticos ni mucho menos "naturales", las teorías neoclásicas que hoy someten al mundo económico no son la verdad del mundo mundial sino que se cumplen y prosperan -sí sólo sí-
Basta sólo con realizar el análisis de los indicadores de la verdadera salud de las economías de los países centrales y sus sociedades y observar en contraste el fenómeno de concentración de riqueza y maximización de ganancias de las corporaciones financieras transnacionales, fenómeno que se replica de manera mucho más cruda aún en la periferia de países sometidos a la expoliación lisa y llana de sus recursos y sus economías reales. Sin embargo, a pesar de las notables evidencias que ejemplifican el agotamiento de éste pensamiento dominante y de su cada vez más grosero colapso a nivel global, manifestado en parte en 2008 con la crisis en EEUU y actualmente a punto de terminar con la comunidad Euro llevando a la bancarrota tanto a sus economías como al histórico bienestar de sus sociedades, uno por uno y de menor a mayor, no podemos asegurar que en el horizonte cercano se vislumbren cambios mientras las usinas de pensamiento neoclásicas sigan detentando semejante poder.
La verdadera avanzada de los think tank de ésta falsa libertad económica hoy se encuentra en los nexos que han desplegado con las universidades privadas en toda latinoamérica, incluyendo a nuestro país, "la educación es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos" (sic) se ufanan en decir en las usinas de pensamiento etnocéntrico con sede en miami, luego disfrazadas de solidarias ONG's en todo latinoamérica, es así como universidades argentinas como UCA, UADE, USAL, entre otras, ya han incorporando innumerables cursos de posgrado y maestrías en economía, finanzas o administración con una amplia variedad de especializaciones destinadas a las más diversas áreas de profesionales de grado, a quienes le instauran en su saber -por una cuota mensual- "la matrix neoclásica" como si se tratara de la verdad revelada y los configuran para triunfar en los negocios que enriquecen a las corporaciones y empobrecen a los países; los invito a tomarse sólo unos minutos y navegar por sus programas, currículas y cátedras para poder comprobarlo.
Ahí existe una responsabilidad política de los países que necesitan profesionales que estén al servicio del desarrollo del estado nación y que por más que finalmente desplieguen sus saberes profesionales en el ámbito privado no tengan como formación única y manual de acción y ejecución, una matriz de colonialismo ideológico solamente funcional a los intereses transnacionales. La tarea no es sencilla, ya que el gran enfrentamiento que hoy se da en todo el mundo no es otro que ése, el de las corporaciones financieras transnacionales vs. los estados nación.
Para cerrar, me quiero referir a una vieja cita de Rubén Beremblum, un experimentado profesor de economía política de UBA que ya hace unos años nos decía "La historia enseña que ningún nuevo sistema se impondrá en el mundo, sino hasta que el anterior sistema hegemónico se encuentre totalmente agotado", siguiendo como ejemplo al imperio romano, vemos que llevó más de 100 años en terminar de sucumbir como modelo de hegemonía global; seguramente, la transformación de ésta fase neoliberal del capitalismo en "otra cosa" también llevará un tiempo difícil de poder predecir, pero lo que sí se puede preveer es que antes de irse definitivamente, el viejo sistema se llevará puesto a los países y las sociedades que no puedan o no sepan realizar los cambios que necesiten realizar para lograr permanecer, o al menos para sostenerse dignamente durante el mayor tiempo posible a flote, y esos cambios sólo vendrán de la mano de la política, siempre y cuando sea la política la disciplina que subordine a la economía de aquellos estados nación y nunca al revés.
RG
05/12
Si totalmente de acuerdo pero, como decía en algún comentario en Artepolítica, períodos relativamente exitosos de política económica , la inserción de cuadros heterodoxos mayoritarios en la gestión pública, más una difusión más plural en cuanto a información, entre otros temas y durante un período lo suficientemente extendido en el tiempo, pueden producir los cambios en la superestructura. Estas situaciones, a mi entender, se están produciendo y la crisis yanqui/europea agilizó los tiempos. Yo creo que con esto, hoy al menos, se puede mínimo empatar esta visión neoliberal inserta en el “sentido común” a pesar de las curriculas de las universidades privadas, de hecho una persona formada en la heterodoxia e inserta laboralmente en una transnacional no creo que pueda hacer cambiar la “cabeza” de sus patrones, quizás tenga una mayor chance si dicha empresa es puramente nacional pero no es para ilusionarse.
ResponderEliminarNo es fácil borrar creencias que, en nuestro caso, se han estado fogoneando durante 30 años pero hay que notar que, de acuerdo a ciertas encuestas y actitudes de la población, me parece que no está para nada extendida la idea respecto a la “eficiencia de los privados”, hay una gran descontento con las empresas privadas, sobretodo las que tienen a su cargo lo que eran servicios públicos (teléfonos por ejemplo) y, si me apurás, me parece que una mayoría preferiría la "vuelta del estado".
También me gustaría separar el tema de la actitud del empresariado que, guiados por sus propios intereses, manifiestan su poder de lobby para generar “sentido común” a través de los medios y el poder de presión a los gobiernos.
En procura de sus objetivos “aprietan” a los gobiernos (corridas cambiarias, desabastecimiento, etc) y legitiman su accionar a través de los medios promocionando que la situación es una consecuencia lógica de una medida, obviamente, desacertada del gobierno. Frente a esto, el único remedio, es un estado fuerte y posicionado por encima para disciplinar las conductas empresariales. Algo de eso se está empezando a manifestar (muchos empresarios me parecen que terminaron de anoticiarse de lo que es capaz el gobierno tras YPF, sobre todo los extranjeros).
Creo que hay algún motivo como ser optimista, pero como decís en el post la “sucesión del modelo” es un tema crucial y que viene dentro de no mucho tiempo, a mi me parece que la única forma de sortearlo debidamente es con otro personaje distinto a la presidenta aunque el desempeño posterior no sea del todo el esperado, es un paso necesario para la superación, por eso no propicio una re-re más allá que, para mi, la presidenta no se presentará en caso que se la habilite.
En este aspecto, también, va a ser interesante observar lo que hará la sociedad porque se podrá ver cuanto valoró, internalizó, o no, las políticas adoptadas durante ese tiempo, suponiendo que las considere correctas y si el sucesor, independientemente de su procedencia, no las corresponde, veremos la presión que pueda ejercer frente a cambios en cuestiones asumidas como correctas o normales (de sentido común) , si es que las hay, durante los años anteriores.
A la vez hay otra dificultad, anterior a la sucesión, y es el desempeño del gobierno en estos tres años y pico que restan, lamentablemente lo que más queda grabado es lo ultimo, la verdad que no sabemos que va a pasar y que hará este gobierno, pero bueno, sus antecedentes permiten un cierto grado de optimismo.
El ciclo que narrás en el segundo punto parece ser tal cual; el tema es cómo romper con él sin dar con medidas que agraven el problema. En una economía tan dolarizada como la nuestra (con el trauma post-2002 todavía fresco) políticas desordenadas, mal informadas y poco claras (to say the least) como las que está llevando adelante la AFIP no hacen más que aumentar el pánico y la fuga hacia el dólar.
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