miércoles, 7 de diciembre de 2011

La importancia de un nombre.



El origen del nombre del Partido de La Matanza reconoce varias versiones, cualquier interpretación de ellas que sea la correcta no me merece ningún motivo de festejo o conmemoración, no entiendo por qué no proponen que sea cambiado por cualquier otro nombre que posea alguna valoración positiva para sus ciudadanos. No me resulta casual ni curiosa -a la luz de nuestra historia- la naturalización por parte de nuestra sociedad de tan tremendo nombre para un distrito, un partido o un pueblo, pero al menos espero que con el actual clima de época que auspicia el debate sobre éstos temas algún bonaerense con responsabilidades afines se ilumine y haga algo para cambiarlo.

Me detuve solamente unos minutos para buscar alguna información oficial al respecto, acá les dejo los increíbles resultados:

- Que el nombre proviene de la matanza realizada por Mendoza en el encuentro contra los indígenas en el año 1536 (versión Uz Schmidl, Lozano, Guevara, etc.)
- Que le nombre proviene de la matanza llevada a cabo por Garay como escarmiento contra los indígenas entre los años 1580 y 1583 (versión Azara).
- Que el nombre proviene de la matanza de ganado alzado (versión de Enrique de Gandía).
- Que el nombre proviene de la matanza de perros cimarrones en el río Aos y en la zona (versión anónima clarificada por el R. P. Furlong).
- Que el nombre proviene del homenaje a Garay en el lugar donde fue asesinado y por prolongación en nuestra zona (versión Outes).
- Que el nombre proviene del transplante del nombre portugués de una zona lusitana, posteriormente implantado por Vespucio en su Viaje con las naves de González Coelho (versión Alfonso Corso aprobada en el II Congreso de Historia de los Pueblos de la Pcia. de Bs. As.)

Viendo las opciones que las mismas autoridades del partido bonaerense ofrecen como explicación al nombre que llevan, no me quedan más dudas acerca del significado que los "adelantados" conquistadores quisieron darle a la elección del nombre, me recuerda a aquellas historias de los señores feudales en la edad media que a la entrada a sus feudos exponían hileras de cadáveres empalados como muestra del poder que ejercían sobre los burgos que les rodeaban y como para dejar bien claro a lo que deberían estar dispuestos quienes osaran cuestionar tal brutal autoridad.

No muchas más reflexiones al respecto, sino observar que la madurez de nuestros pueblos debe evidenciarse también en el debate real acerca de éstos temas de nuestra historia y que muy bien hacen a la tan comentada ampliación de ciudadanía.

RG, 11/11